La tradición del postre a la hora de la comida ha sido siempre una costumbre que se sigue día a día, al menos en mi familia.
Recuerdo que después de una gran comida familiar, con platillos tradicionales, como arroz, mole, papas con chorizo, rajas, entre otros y cuando parecía que ya no podía comer nada más, llegaba mi mamá o mi abuela con un pastel gigante imposible de rechazar. Era sencillamente delicioso.
“El postre es tripa aparte”, decía mi abuela. Y sí, lo comíamos como si fuera el primer alimento del día.
Soy poblana y la séptima de 14 hijos. Como seguro imaginarán, cada sentada al comedor familiar era fiesta entre hermanos y los agregados que cada uno de nosotros nos atrevíamos a llevar. Siempre eran bien recibidos y mis papás disfrutaban recibir gente en su casa.
Después de comer y convivir en la sobre mesa, hermanos y amigos íbamos a la tiendita de la colonia a comprar algo y saciar el antojo con algún pastelito o producto dulce. Las Cinco20 de tarde se convirtió desde ese entonces en la hora del postre. La hora de mi postre, la hora de los mejores pasteles de Puebla.
Hoy quiero compartir esta tradición y costumbre que durante muchos años se formó en una familia cualquiera poblana con gusto por los buenos postres. ¡Que los disfruten!
Les comparto una entrevista con el periodista Fernando Canales, en Ultra Radio, que se realizó en diciembre de 2021 y donde contamos un poco el nacimiento de este proyecto que crece y que es ya una realidad en Puebla y Tlaxcala.